Reloj de pulsera flic flac: Con este regalo ya, por fin, era dueña del tiempo. No dependía de nadie. Es más, podía proveer de la valiosa información que suponía saber la hora, a cualquiera que me lo preguntara.
Ordenador: Teníamos uno o dos juegos multi-actitividad comprados (atento: comprados) y legalmente instalados. Había una hora concreta al día en la que podíamos emplearlo (hora que resultó ser muy preciada). Aunque los juegos me divertían, muchas veces simplemente me dedicaba a escribir historias, editar pequeños periódicos, jugar con imágenes en paint... Ese control que yo tenía sobre lo que veía en pantalla y sobre lo que luego imprimiría, me fascinaba.
Reproductor de mp3: Sin necesidad de cargar con el pesado walkman o discman de mi hermana, podía llevarme la música a cualquier lugar. Además era mía, sólo mía, mi selección musical. Con el mp3 se acabó el grabar cintas compartidas con tus hermanos y... ¿que digo? ¡se acabó el tener que acumular físicamente la música! Ahora la música simplemente flota en el aire sin ocupar -apenas- espacio. Y hay posibilidad de compartirla fácilmente.
Teléfono móvil: Las llamadas perdidas que nos hacíamos mis amigas y yo cuando empezamos a tener móvil (a los catorce años aprox) eran el método de comunicación más asequible y revolucionario entonces. Significaban 'me acuerdo de tí'. Luego podíamos permitirnos pagar 15 céntimos de mensaje y decir algo más consistente. Las tarifas de 'Horas felices' que comenzaban el viernes y acababan el domingo, eran el paraíso en esos años en los que las amigas son todo tu mundo. Mi móvil de ahora no tiene muchas más prestaciones más, únicamente conexión a internet, pero ni sistema Android, ni siquiera mucha capacidad.... Pero mis hermanos sí y me sorprenden cada día. Pueden detectar las pizzerías que hay cerca, o las constelaciones, o reconocer un cuadro solo con hacer una foto, o una canción. Incluso pueden convertir su móvil en una potente linterna o en una tenue velita. El móvil- navaja suiza ha llegado a manos de los adolescentes, y ahora son los padres los que tienen que aprender de ellos.
Netbook: Funciona como máquina de escribir, televisión, reproductor de mp3, mensajero, por supuesto me da la hora :-) y me permite navegar por internet en cualquier lugar cómodamente. Ahora mismo podría decirse que es la 'piedra angular' de mi tecnobiografía.
La vida se desarrolla y se sirve de herramientas que la dejen crecer. Podemos decir que el ser humano del siglo XXI se mueve más en el campo de los deseos que en el de las necesidades básicas. Irónico, teniendo en cuenta que no es precisamente ésta nuestra época de mayor prosperidad.
Aunque cabe enfocarlo de esta manera: Si la ciencia y la técnica nos han ayudado a alcanzar este modo de vida, lo más natural será disfrutar de ello y explorar nuevas posibilidades. El ser humano es así, le gusta tender a la excelencia. En la Antigua China disfrutaban de las posibilidades que ofrecía la catapulta y el hombre moderno disfruta del poder de alcance de twitter. A cada época, sus privilegios.
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